Berrinches: cómo prevenirlos y afrontarlos
Alrededor de los 2 años de edad, aparecen los primeros berrinches en los niños. Antes de esta etapa los bebés son dulces, dóciles y aceptan cualquier propuesta de los padres con agrado; sin embargo, de un momento al otro comienzan a volverse muy voluntariosos, nada les parece bien, se tiran al piso, gritan y lloran.
Es muy importante que distingas un berrinche del llanto real por incomodidad o dolor.
| Debes saber que los berrinches son parte de su desarrollo y que son normales, ya que a edades tempranas los bebés y los niños pequeños no saben regular sus emociones y tienen poco autocontrol, lo que se manifiesta en situaciones que les producen frustración, enojo, miedo, angustia y en ocasiones son una respuesta a su deseo de ser más independientes. |
¿Cómo prevenir los berrinches?
Una vida estructurada: la constancia y la rutina son dos elementos que le otorgan al niño un sentimiento de seguridad, ya que sabe qué esperar. Esto incluye horarios para dormir, alimentación y baño, estableciendo límites razonables y adecuados a su edad, así como siempre cumplir las consecuencias.
Anticipar las actividades fuera de casa: cada vez que salgas de casa, asegúrate de que el niño no tenga hambre, sed o esté cansado. Siempre es buena idea llevar una bebida saludable, un refrigerio y un juguetito para que se pueda entretener.
Apoyar el desarrollo del lenguaje: el uso de palabras le ayudará a expresar emociones, sensaciones o sentimientos y, al ser comprendido, se minimiza la posibilidad de que se sienta frustrado, poco escuchado o incomprendido.
Permitir que tome algunas decisiones: que sus preferencias en ropa, alimentos saludables o juegos sean tomados en cuenta. Esto le hará sentir escuchado y que sus deseos son considerados. Evita decir “no” a todo.
¿Cómo manejar un berrinche?
La mejor manera de actuar ante un berrinche, es mantener la calma e ignorar el comportamiento; en casa puedes retirarte de la habitación de modo que vea que su conducta no te afecta. Si no entras en el juego del berrinche, el niño se dará cuenta de que no funciona e intentará llamar tu atención de otra forma.
Otro consejo es tratar de distraer al niño con un juguete, un libro o una actividad.
Una vez pasado el berrinche, es buena idea sentarlo a que piense acerca de su actitud, durante un minuto por cada año de edad, y dejarlo a que se aburra. Si se quiere ir, llévalo de regreso las veces que sean necesarias hasta que se cumpla el tiempo.
Si el niño golpea o patea cosas, animales o personas es necesario sostenerlo hasta que se calme y después hablar con él, estableciendo un límite claro y una consecuencia a esta conducta destructiva.
En la medida en que el niño adquiera mayor autocontrol, los berrinches irán disminuyendo en intensidad y frecuencia. Por lo general, deben desaparecer alrededor de los 5 o 6 años de edad.
Si tienes dudas, consulta a tu pediatra.