Alimentación complementaria: tips y consejos

La Organización Mundial de la Salud recomienda que los bebés sean alimentados exclusivamente con leche materna y que la lactancia se prolongue, cuando menos, hasta que tenga un año de edad.

No obstante, alrededor de los seis meses, y con la autorización del pediatra, los pequeños pueden comenzar a incorporar alimentos sólidos en su dieta. Este proceso, llamado ablactación, no significa suspender la lactancia, sino complementar la alimentación

Inicia con…

Cereales especialmente formulados para su edad, mezclados con leche materna o fórmula. Posteriormente, introduce frutas o verduras molidas y coladas.

Verduras…

Inicia ofreciéndole a tu bebé una cucharadita o dos de chayote, zanahoria, betabel o calabacita cocidos perfectamente al vapor, molidos y colados.

Frutas…

Se sugiere comenzar con plátano, manzana cocida, pera, papaya y melón, todo perfectamente molido.

Para descartar alguna reacción…

Una vez que has descartado que tu hijo tenga alguna reacción o intolerancia a algún alimento, puedes comenzar a mezclar las verduras y más tarde introducir pollo o ternera en sus papillas. Finalmente, carne como res y jamón.

Estas carnes deben estar perfectamente cocidas y molidas finamente con verdura. Después de los nueve o diez meses podrás dejar algunos pedazos pequeños y suaves en la papilla, que seguramente tu hijo disfrutará.

Consejos:

Este proceso, el de la alimentación complementaria, es muy paulatino, para que tu hijo se habitúe a los nuevos sabores. Además, debes estar en estrecha comunicación con el pediatra.

Si al iniciar la ablactación notas que tu bebé rechaza el alimento, puedes dejar pasar una semana para volver a intentarlo, probablemente todavía no está listo para deglutir alimentos más espesos o la experiencia no le ha resultado agradable.

Recuerda, no es necesario agregar sal ni condimentar los alimentos del bebé, ya que su paladar puede percibir y disfrutar los diferentes sabores.

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